Jorge
Washington Peña Hen
La
música sin fronteras
Jorge
Peña Hen, nació el 16 enero de 1928 en Santiago. Pionero del desarrollo
musical chileno, músico, pedagogo, compositor y director de orquesta, dedicó
su vida a la difusión de la música, especialmente en La Serena, donde se
radicó desde 1952. Fue el fundador y creador de la Escuela de Música de
La Serena y de las primeras Orquestas de Niños de Chile.
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Realizó estudios de composición, piano y violín en el Conservatorio Nacional de Santiago y en 1950 fundó la Sociedad Juan Sebastián Bach de La Serena. Allí creó el coro polifónico y la orquesta de Cámara del mismo nombre con un grupo de aficionados. En 1956 organizó y dirigió el Conservatorio Regional de La Serena, primera unidad académica de la Universidad de Chile en provincia y en 1959 fundó la Orquesta Filarmónica de La Serena.
En 1964 viajó como invitado por dos meses a Estados Unidos para observar la realidad musical de ese país. A su regreso creó un plan docente renovado y realizó un programa de enseñanza musical en las escuelas primarias de la ciudad.
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La influencia de este plan docente se dejó sentir en los estratos más humildes, dando la oportunidad a valiosos elementos que actualmente integran la mayor parte de las orquestas nacionales y llevando la cultura a todos los hogares sin distinciones sociales.
En 1973 contaba con tres orquestas de niños desde la edad de nueve años, tres bandas instrumentales y numerosos conjuntos de cámara, con los que realizó giras nacionales e internacionales, motivando el interés por imitarlo en otras ciudades como Ovalle, Antofagasta y Copiapó.
Como compositor, escribió la música de la película Río Abajo, el documental Tierra Fecunda, el ballet La Coronación, Retablos de Navidad y su Cuarteto de Cuerdas. En 1966 estrenó su Opera La Cenicienta, con texto del poeta chileno Oscar Jara. Esta obra presentada por los niños de la Escuela de Música de La Serena, recorrió el país causando asombro en los ambientes artísticos y público en general.
En su producción merecen especial mención su Concierto para Piano, la Suite para Cuerdas, su Tonada para orquesta sinfónica y un gran número de composiciones, orquestaciones y adaptaciones que constituyen material didáctico.Su pensamiento tuvo la fuerza de los grandes ideales. Como ejemplo podemos citar de uno de sus discursos: "el avance de las instituciones musicales no guarda concordancia con la cultura artística de nuestro pueblo". Jorge Peña trabajó por la formación de un Hombre Integral, cuya cultura, adquirida desde la Etapa Básica de la Educación en igualdad de oportunidades en lo artístico, lo científico y lo humanístico, le permite apreciar los valores del espíritu y al gozar de ellos, mejorar su calidad de vida.
Desafortunadamente, como militante socialista fue tomado prisionero tras el golpe y ajusticiado por los miembros de la Caravana de la Muerte en el Regimiento Arica de La Serena, quienes justificaron su fusilamiento por supuestas armas que habría entrado a Chile desde Cuba en los estuches de los instrumentos de sus niños/músicos. Su legado musical sin embargo, perdura y se eterniza en los niños que siguen haciendo música en las orquestas que inspiró este joven soñador.
Experiencias con el Maestro
La primera orquesta de niños creada por Jorge Peña en la década del sesenta fue una experiencia inolvidable para todos sus integrantes. Muchos de ellos fueron recogidos de la calle, la mayoría no imaginaba que tendría la oportunidad para ser profesionales, nadie pensaba que unos "cabros chicos" podrían interpretar obras de Richard Wagner y muchos aserguraban que el estudio de la música en forma colectiva arruinaba la calidad del intérprete.
A comienzos de los sesenta, Fernando Rosas, hoy Director Ejecutivo de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles, conoció a Jorge Peña como colega y se invitaban mutuamente a dirigir sus orquestas, estableciéndose un fluido intercambio musical entre La Serena y Valparaíso: "Jorge quería formar jóvenes en La Serena para su Orquesta Filarmónica y así no tener que traerlos siempre de Santiago. Él propugnó para ello un sistema que aceleraba la formación de los niños, llamado Sistema de Enseñanza Colectiva, es decir, no la enseñanza musical tradicional de un profesor con un sólo alumno. Además tenía dos parámetros básicos en sus principios: que la enseñanza fuera gratis y que las Escuelas dedicaran la mitad de las horas pedagógicas a la enseñanza musical. Esta formación hizo que hasta hace poco, un 35% de los músicos de la Filarmónica y la Sinfónica fueran de La Serena".
El cornista de la Orquesta Filarmónica de Santiago, Luis Lemus fue integrante de la primera orquesta de niños formada en Chile. Comenzó a estudiar en La Serena con el maestro Jorge Peña Hen, siendo rescatado por él de una escuela humilde e invitado a participar en el Conservatorio. Tenía 12 años de edad y un mundo nuevo se le abrió ante sus ojos. Hijo de un camionero y con nueve hermanos, Luis comenzó a integrar la Orquesta Sinfónica de Niños donde tuvo acceso a educación musical de primera clase y a la posibilidad de tocar instrumentos. Para Luis, exite más talento en la gente pobre: "Proque allí el corazón late más fuerte, es gente que está más acostumbrada al llanto y por ello expresa emoción con flores más lindas." Hoy lleva 17 años tocando en la Orquesta Filarmónica del Teatro Municipal de Santiago gracias a Peña Hen y sueña con la idea de que se continúe la obra de su maestro: rescatar jóvenes de la pobreza para crear talentos musicales.
Dirigiendo hoy la Orquesta Juvenil de Lo Espejo, Luis Barraza también fue uno de los niños de la primera orquesta infantil creada por el maestro Peña Hen, llegando a ser concertino de la misma por dos años. Su padre era obrero y vivía en barrios marginales, por lo que entrar el Conservatorio eran palabras mayores. Tenía 10 años de edad cuando fue becado para estudiar violín gracias a Jorge Peña: "Todos vivimos la experiencia de esa orquesta por dentro, como niños. Pienso que a todos nos marcó. En mi caso, la semilla musical siguió en mí a pesar que me alejé del mundo sinfónico para entrar a estudiar una carrera. Aún así, estuve 13 años haciendo clases de violín en Copiapó, donde aprendí a trabajar con niños y comprender la obra que había emprendido el maestro Peña. Dado que yo fui uno de esos niños que se vieron beneficiados con esta idea, yo hago lo mismo para que otros pequeños vivan la misma experiencia que yo. Hoy en Lo Espejo ya tenemos una orquesta juvenil, una infantil, una banda y un coro comunal. Y esa idea evidentemente no es mía, sino del maestro Jorge Peña".
El Director de la Orquesta Filarmónica Jorge Peña Hen de La Serena, José Urquieta participó con su oboe en aquella primera orquesta infantil. Tenía 14 años de edad y la experiencia lo marcó para el resto de su vida: "Fue súper gratificante, una experiencia riquísima en todos los planos. Yo que era de clase media-baja, tuve la oportunidad de viajar gracias a la música y a Don Jorge a Buenos Aires, La Habana, Arequipa y recorrer Chile con 70 músicos. El pertenecer a esa orquesta me marcó fuertemente y creo que lo expreso hoy en el amor y cariño que le tengo a la música. De hecho siento que estoy en deuda con él, por eso sigo trabajando con esfuerzo para honrar el legado que nos dejó el maestro Peña".
Muchos de los colegas o discípulos de Peña siguen también sus pasos y han logrado un efecto multiplicador impensado. Un claro ejemplo es Américo Giusti, quien ha formado con amor y constancia gran parte de las orquestas de la VIII región; Alejandro Alonso (Orquesta Sinfónica Juvenil de Quilicura), Hugo Domínguez (Orquesta Sinfónica Juvenil de La Serena), los instrumentistas de orquestas profesionales como Guillermo Milla (Orquesta Sinfónica de Chile), Soledad Ávalos y Jazmín Lemus (Orquesta de Cámara de Chile) son són algunos ejemplos de músicos formados con un corazón más compasivo y tolerante.
Gracias a la Escuela de Música de La Serena, muchos de los jóvenes que han egresado de sus aulas son hoy músicos de primera calidad, otros tantos siguen el sueño de Peña y trabajan con orquestas juveniles o infantiles a lo largo de todo Chile entregando sus conocimientos a otros para construir nuevas y mejores perspectivas para los hombres y mujeres del mañana.